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domingo, 2 de enero de 2011

Si no existieras ...

Si no existieras hurgaría en mi alma.
Sin tregua buscaría en los rincones de mi vida,
con el aliento de la última esperanza,
con el suspiro fugaz de la agonía.
Si te escondieran seguro te hallaría.
Una a una abriría todas las puertas
para saberte en mi plan de vida.
Ya no concibo que no estés en ella.
Si te alejaras, andaría los caminos,
cruzaría los cielos, borraría fronteras.
Sin pausa correría hasta tu vida,
para encontrar el abrazo que me espera,
para emerger de los momentos de angustia,
para hallar la palabra certera;
con el alma apretada en una mano
y en la otra una amistad verdadera

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viernes, 5 de febrero de 2010

Te presiento

Presiento que estás allí, aunque no pueda tocarte;
aunque el dolor sea inmenso, el amor es aún más grande.
Presiento tu mirada aunque no pueda mirarte,
Tu ingenio, tu alegría, ese humor incomparable;
la sonrisa bonachona que solías regalarme,
la sencillez de tus sueños, presiento que he de encontrarte.
Te llevo en mi silencio, te siento a cada instante,
es la esencia de tu alma que no quiere abandonarme.
Te descubro, te imagino; te busco en cada detalle
le doy forma a los recuerdos, tratando de reinventarte.
Presiento que estás allí, aunque no pueda tocarte,
que me miras en silencio y que puedes alcanzarme
que me abrazas, me proteges. Me estremece imaginarte
Presiento que estás en mí y que todo es como antes.

Para tí, hermano.

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sábado, 26 de diciembre de 2009

PARA TÍ, HIJA

Es la actitud desenfadada y la tibieza de su alma,
quien encuentra el punto justo que equilibra su mirada.
Un torbellino de emociones celebra su existencia
y dibuja el lienzo de mi vida con su mágica presencia.

Su andar que la distingue dando vuelta las miradas;
es complemento perfecto que la asume soberana .
Trazos de amor sublime, indelebles, perpetuos;
recorren sin sosiego cada línea de su cuerpo.
Luce como un cristal, pero con temple de acero;
para avasallar sin tregua cuando defiende su fuero.
Frágil ante sí, surge fuerte ante la vida,
para sortear los caminos con su osada rebeldía
Cálida, transparente; sorprende y avasalla,
dejando escapar la niña cuando la mujer se marcha.
Emerge temblorosa ante el amor; desafiante,
y oculta en su misterio teme volver a encontrarse.

Así, como agua cristalina en busca de su cauce
para encontrar el abrazo que la contenga y la calme.
Así es Dahiana, más allá de lo imaginable.
Cautivadora y distante; así de fuerte y así de frágil.






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viernes, 4 de diciembre de 2009

El orgullo de mi alma

En pocos segundos más, se acercará sigilosa, altiva, ligera.
Con gesto prudente ocupará su lugar ante el piano y recibirá con ademán casi imperceptible, el elocuente homenaje de este exclusivo auditorio.
Aparecerá esbelta; envuelta en su vestido de gasa azul deslumbrará a su público con su elegancia innata, en una aparición casi etérea.
La sala se ve colmada de admiradores que esperan con regocijo su incesante entrega.
Han venido todos. Es un gran día, como antes, como en las mejores épocas.

El murmullo es incesante, pronto han de bajar las luces y guiarán los focos hacia el lugar por donde ella accederá al escenario.
Elogiarán su garbo y aprobarán su creación divina una y otra vez, hasta culminar de pie con un merecido aplauso como entrega del reconocimiento que coronará este evento.
Estaré allí; me transportará con cada nota, con cada acorde elevará mi alma hasta los lugares más recónditos del universo todo.
Estaré allí, no de la forma en que lo habíamos imaginado. Aprobaré en silencio cada sublime nota que se desprenda de sus inmaculadas manos, como vuelo de pájaro, en busca de la esencia de mi espíritu.
Disfrutaré su música que, como tantas veces, me hará flotar hasta transportarme a los jardines del Castillo de Windsor, o a los amaneceres de la campiña francesa.
Revisaré entonces dentro de mi vida, cada instante de su mágica presencia; recuerdos imborrables que nos pertenecen, a mi y a ella.
De ahora en más la observaré sin prisa porque mi ubicación será perfecta. La veré desde arriba; ya no sucederá como antes, será del otro lado de la vida.


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jueves, 26 de noviembre de 2009

La Higuera


Porque es áspera y fea, porque todas sus ramas son grises,
yo le tengo piedad a la higuera
En mi quinta hay cien árboles bellos:
ciruelos redondos, limoneros rectos y naranjos de brotes lustrosos
En las primaveras, todos ellos se cubren de flores en torno a la higuera.
Y la pobre parece tan triste con sus gajos torcidos
que nunca de apretados capullos se visten ...
Por eso, cada vez que yo paso a su lado, digo,
procurando hacer dulce y alegre mi acento:
-Es la higuera el más bello de los árboles en el huerto.
Si ella escucha, si comprende el idioma en que hablo,
¡qué dulzura tan honda hará nido en su alma sensible de árbol!
Y tal vez a la noche, cuando el viento abanique su copa,
embriagada de gozo, le cuente:
- Hoy a mi me dijeron hermosa




Juana de Ibarbourou
(Uruguay - Melo)
1892 - 1979



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jueves, 29 de octubre de 2009

Quiero decírtelo Amigo

Por todo lo que hago, por lo que pocas veces digo,por tantas y tantas cosas, quiero decírtelo amigo.
Eres lo más importante, mi apoyo, mi luz, mi abrigo

que aunque estés a la distancia tu recuerdo está conmigo.A la cuenta de los años que se nos van tan de prisa,
revivo imperdibles momentos que me arrancan la sonrisa.
Imborrables episodios de una niñez compartida,
como un preciado regalo que nos has dado la vida.
Quiero decirte mi amigo que nos une el sentimiento;
es porque cuentas conmigo y porque yo contigo cuento.
Complicidad de un anecdotario que no termina en el tiempo,
deja la huella indeleble de los mejores momentos.
Tengo acuñado en el tiempo los juegos y los aromas;
tesoro bien custodiado que de tanto en tanto asoma:
la Placita, guitarreadas; por todo lo compartido
quiero decir que te quiero, quiero decírtelo amigo.
A nuestro querido amigo Juancito Cotelo

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sábado, 1 de agosto de 2009

La poca cabeza de mis padres

¿Quién entiende a los adultos? Hablan de muchas cosas; a veces incongruencias, pero ¿cuál es el verdadero sentido de lo que se dice metafóricamente hablando? ¿Cómo sería la vida vista a través del simple criterio de un niño?
Esa tarde Pablito jugaba en su habitación y tenía orden de su mamá de no salir de allí, por encontrarse afectado por un fuerte catarro. De pronto, escuchó que sus padres mantenían una conversación al otro lado de la habitación y algo llamó su atención.

- No lo puedo creer ¿dónde tenés la cabeza?- dijo la madre; a lo que el padre respondió:
- No me hagas reír, yo no tendré cabeza pero tú la tienes en los pies
Pablito trató de interpretar tan extraña conversación para poder entender la situación, pero pensó que debía tratarse de un raro juego, donde el papá debía esconder la cabeza y su mamá tenía que encontrarla.
Sin dar demasiada importancia al asunto, el niño continuó con el armado de un fuerte que había recibido recientemente como regalo por su cumpleaños número cinco. Puso extremado cuidado en formar las columnas de soldados y se concentró en cubrir todos los puestos de vigilancia.

En la otra habitación, el diálogo entre sus padres fue subiendo de tono hasta convertirse en una discusión. Pero éste no era el razonamiento de Pablito, que continuaba creyendo que se trataba de un inocente juego.
- ¡No me llames cabeza hueca, porque tú eres un descerebrado. - increpó su mamá, a lo que el papá exclamó: - ¡Quién no tiene la cabeza bien puesta eres tú!
Pablito dejó de jugar y se sorprendió ante la confusa situación. Sus padres ya no jugaban, solo se recriminaban entre sí. Aparentemente y a su entender, a su papá se le habría ido la mano y no podía acomodar la cabeza de su madre, que ahora la llevaba en los pies. Seguramente ella habría tomado represalias y le habría quitado el cerebro.
Pablito estaba horrorizado, pero tenía orden de no salir de su habitación y no lo haría justo ahora que seguro, no era el mejor momento. Atemorizado, pegó su cabecita a la pared contigua para escuchar con claridad lo que sucedfía. De pronto su mamá vociferó: - ¡Lo único que sabes hacer es procurarme dolores de cabeza!
- Pobre mamá - pensó el niño - no puede siquiera tomar aspirina, porque si su cabeza está hacia abajo, el agua del vaso se le derramará encima. - Hubo otro grito; esta vez era su papá:

-¡Deja de regañarme que Pablito te escuchará! es muy pequeño y no debemos llenarle la cabeza.
Con ese comentario el niño se sintió más aliviado y decidió terminar tan dramática situación. Despacio, titubeante, pero más tranquilo, se acercó a la puerta que lo separaba de sus padres y en un impulso de coraje la abrió de par en par.
Allí estaban sus progenitores, que para su sorpresa, ambos tenían la cabeza donde debía estar, sobre sus hombros.
Pablito pasó del incipiente alivio a la inesperada desilusión, al descubrir una vez más, que la mayoría de las veces, los adultos dicen una cosa y terminan haciendo otra.


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domingo, 26 de julio de 2009

Otra tarde de chocolate

Reunirnos en la casa de mis abuelos los domingos a la tarde, era un clásico para mi familia. Tal vez por no coincidir en horarios o porque los mayores trabajaban gran parte del día, prácticamente no nos veíamos durante la semana, pero el domingo los preparativos en aquella casa comenzaban desde muy temprano.
Mi abuela se regocijaba vistiendo la amplia mesa con un mantel blanco bordado por sus propias manos. Con gran ansiedad aguardaba el momento en que irrumpiéramos y que según sus palabras, desterraba el mutismo de la silenciosa residencia que iba tomando vida a medida que llegábamos.-
Los saludos entre primos, sobrinos y tíos parecían no tener fin y los más pequeños competíamos por ganar un lugar en la falda de la abuela o en los brazos del tata. Ambos eran muy cariñosos y nos daban todos los gustos, motivo por el que a veces nuestros padres rezongaban; pero ellos hacían oídos sordos y además lo disfrutaban.
El chocolate caliente perfumaba toda la casa y las tortas parecían acomodarse en sus bandejas tratando de lucir más lindas; pero había una que era especial, la que dejaba salir desde su centro, un puñado de cintas de colores que caían a su alrededor. Aquella torta de chocolate se dejaba para el final siendo el deleite de los más pequeños.-
Mis primos y yo recorríamos la casa en busca de la sorpresa, que sabíamos, nuestros abuelos nos tenían preparada. La misma se repetía domingo tras domingo, por lo que ya la conocíamos, pero igual nos encantaba.-
Levantábamos almohadones, mirábamos detrás de las puertas, debajo de las alfombras y revisábamos cuidadosamente los jarrones, hasta que uno de nosotros alertaba a los demás con un grito triunfal “¡Aquí están! “ En una loca carrera llegábamos hasta allí, para que el mayor, que apenas tenía seis años y ya sabía leer, repartiera riquísimos chocolates rellenos que mi abuela había preparado y etiquetado con el nombre de cada uno de nosotros. Nos sentábamos en la amplia escalera de mármol que daba a las habitaciones, y disfrutábamos saboreando la golosina tan esperada.-
Luego el gran momento, el chocolate humeante en las tazas era la señal de que en instantes más, partirían la torta especial, la decorada con cintas de colores.-
Entre quejas y empujones, los más chicos rodeábamos la mesa y cada uno tomaba el extremo de una cinta; a la cuenta de tres y mediante alguna advertencia por parte de algún adulto, tirábamos suavemente con temor de que la torta se desmoronara.
Los gritos y las risas no se hacían esperar y a quien le quedaba la cinta trancada daba saltos de alegría por ser el favorecido. Entonces aparecía mi abuelo haciendo una especie de entrada triunfal, sosteniendo una bolsa de chocolates para el ganador y silenciando las protestas de las madres por tanta golosina con una sola frase “ Ustedes a educarlos; nosotros a malcriarlos”.- Entre besos y abrazos, había llegado a su fin, otra tarde de domingo en la casa de mis abuelos; otra tarde de chocolate entre mis más dulces recuerdos.-


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viernes, 26 de junio de 2009

No tiene corazón

- Hola ¿quién habla?
- ¿Eugenio?
- Si
- Soy José
- ¿Qué dice José, cómo está?
- Bien, bien, lo llamo porque acabo de recibir una carta que me ha dejado perturbado.
Es que desde que doña Matilde se radicó en Suiza con su hijo,hace de esto más de cinco años, nunca se había puesto en contacto conmigo.
Siempre pensé que a este pueblo no llegaría correspondencia desde tan lejos, pero ya ve, llega, así que lo llamo para contarle lo que me dice Matilde en su carta, que me ha sorprendido en gran forma. Entiendo que en Suiza estén muy adelantados y que la tecnología aplicada a la medicina ha logrado progresos increíbles, pero lo que me ha escrito esta señora supera ampliamente la imaginación de cualquier individuo, incluso la mía.
- Pero cuente José ¿qué es lo que le ha dicho?
- Resulta que el hijo de Matilde, aquél que nació con un soplo en el corazón ¿lo recuerda?
- Si, sí lo recuerdo.
- Bueno, mire Eugenio, estoy muy nervioso, creo que será mejor que le lea la carta:
“Montevideo dos de Setiembre de…”

- ¡Vamos José, sin preámbulos hombre! trate de obviar el principio.
- Bueno está bien, iré directo al grano:
“ … Le escribo porque no se a quién acudir. Estoy en un país que no es el mío y no he sabido ganar grandes amigos. Además usted conoce a mi hijo desde que era un niñito y bueno, soy una madre desesperada. Yo sé que mi nene nunca ha sido lo que se dice, derecho, pero las madres queremos a nuestros hijos tal como son.
Todo comenzó cuando fue al hospital a controlarse porque tenía palpitaciones; allí conoció a una chica que trabajaba de doctora. La cosa es que se enamoró de ella como un tonto, pero ella sólo se burló de él; nunca quiso verlo más que como a un paciente ¿me entiende? y lo único que hizo fue arrancarle el corazón”
- ¿Se da cuenta Eugenio, a lo que llegan los médicos?
- Siga José, siga leyendo.
- Continúo:
“Esta situación ha desquiciado a mi hijo y ahora anda dando tumbos por ahí. Si antes no andaba derecho, ¿imagínese cómo anda ahora?. El chico se me tuerce del todo y no sé qué voy a hacer”
- Dios santo José, no se puede creer; usted me deja anonadado.
- Yo me siento abrumado Inocencio. Para colmo, el chico se está torciendo, claro, como no tiene corazón debe producirse un desequilibrio en su cuerpo ¿no?
- Pero dígame algo José, ¿cómo vive el muchacho si no tiene corazón?
- ¿Qué se yo? Mire Eugenio, la ciencia avanza a pasos agigantados y más aún por aquellos lares.
Pero beno, le sigo leyendo:
“...No sabe como me arrepiento de haberme ido de mi país, de mi pueblito querido, porque nada ha de ser peor para una madre que tener un hijo descorazonado. Disculpe usted que le caiga con todas mis angustias, pero siempre lo consideré una buena persona; alguien que sabe escuchar”.
- Dirá leer José, porque se trata de una carta. ¡Ah mujeres!
- ¡No sea tonto Eugenio! Matilde termina mandando saludos a todos los que le conocen; pobre mujer, yo creo que al hijo por ser inmigrante lo han tomado como conejillo de Indias, porque esa técnica debe ser nueva y seguramente la prueban con los de afuera.
- ¡Qué barbaridad José, cómo para no quedar usted trastornado con esta noticia!
- Lo dicho Inocencio. Pensar que yo doné mi corazón el año pasado cuando me operaron de apendicitis, pero habiéndome enterado de que se puede vivir sin él, mañana mismo iré al hospital para que me saquen de la lista de donantes, porque está bien ser humanitario, pero que me lo quiten por gusto no lo voy a permitir.



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martes, 23 de junio de 2009

Un bello tributo

Querido Mario Benedetti, se que puedo contar contigo, porque ya antes lo hice desde tus libros, tus letras te perpetúan en el recuerdo y en la enseñanza, esa que no emana en las universidades y si en el compromiso de vida que asumiste como guía para muchos que en momentos de incertidumbre nos mostraste una luz al final del túnel
Apenas leí una ínfima parte de tu prolífera obra, pero debo confesarte que fuiste recurrente en tu empecinada seducción de leerte y digo bien leerte, por que SOS a trabes de mi mirada el creador y el personaje de tu Historia. Nos enseñaste que “El sur también existe” con “Otro Cielo” se puede ser “Testigo de uno mismo” por que yace en “La borra del café” y allí parado en el “Andamio” nos dijiste “No te salves” por que aún con “El lado oscuro del corazón” se puede ver la “Primavera”. Esa fue tu “Táctica y Estrategia” y a pesar de que me siento como una “Esquina Rota” “Gracias por el fuego” y por recordarme que soy parte de tu “Cielito del 69”

Angela Farías
Homenaje en Consejo Directivo de AGADU (Uruguay)


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sábado, 13 de junio de 2009

No te salves

No te quedes inmóvil al borde del camino, no congeles el júbilo no quieras con desgana, no te salves ahora ni nunca, no te salves no te llenes de calma, no reserves del mundo sólo un rincón tranquilo, no dejes caer los párpados pesados como juicios, no te quedes sin labios no te duermas sin sueño, no te pienses sin sangre, no te juzgues sin tiempo, pero si pese a todo no puedes evitarlo y congelas el júbilo y quieres con desgana y te salvas ahora y te llenas de calma y reservas del mundo sólo un rincón tranquilo y dejas caer los párpados pesados como juicios y te secas sin labios y te duermes sin sueño y te piensas sin sangre y te juzgas sin tiempo y te quedas inmóvil al borde del camino y te salvas entonces no te quedes conmigo.
Mario Benedetti

(Uruguay - Paso de los Totos)
1920 - 2009

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lunes, 25 de mayo de 2009

Los que se aman

Los que se aman no se callan lo que sienten y dibujan corazones a escondidas. Sus manos se entrelazan en caricias y el cielo los observa desde arriba.
Los que se aman son hijos de la luna, que asombrados descubren la armonía, y detienen los relojes en el tiempo, en cada beso de cada despedida.

Los que se aman no ven a quien los mira y se amparan en lo oscuro de la noche.
El cofre de recuerdos se desborda y las canciones son siempre a la medida.

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jueves, 21 de mayo de 2009

Lo sabía

Te ví llegar y supe que te iba a amar.
Te ví partir y no supe que decir.
Te ví volver y el amor se había marchado ayer

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lunes, 2 de febrero de 2009

A mis Amigos del alma

Pasaron más de mil lunas, otros rumbos caminamos; alegrías, descendencia, sinsabores desengaños...
El tiempo pasó de prisa y los recuerdos afloraron; se asomaron uno a uno buscando el lugar exacto. Allí; entre los mejores, donde están los que yo amo. Se quedaron dobladitos donde no fueran borrados. Privilegiada memoria que me devuelve mis pasos, me retrotrae a la infancia para volver a gozarlos. Incomparables momentos que aún sigo saboreando; los revivo, los desdoblo, les sonrío, los abrazo. En ellos están mis amigos, los de siempre, mis hermanos.; los que el alma te aconseja que no les sueltes la mano. Esos locos endiablados que llenaron mis espacios, con aromas y sabores; con un especial encanto. Así hemos escrito la historia, con mano firme en el trazo; declarando amor perpetuo para poder resguardarlo. Así nos encuentra; juntos, amigos como hermanos. Contando las mismas cosas que vivimos otros años; unidos en comunión para nunca separarnos. Porque ni la vida, ni la muerte, jamás podrían lograrlo.

En memoria de mi adorado Hermano Hugo, para nuestros amigos de siempre.



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sábado, 3 de enero de 2009

Felicidad


El camino hacia la felicidad es un sendero en el que siempre encontrarás obstáculos.
Eres tú, caminante, quien debe tener la habilidad para poder sortearlos, y con paso firme continuar hasta el final, donde por fin, serás recompensado.


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